Hablemos de algo que, estoy seguro, te ha acompañado desde que eras pequeño…
Las historias.
Sí, las historias.
Porque no importa si estás en una sala de clases, en una capacitación en línea, o aprendiendo algo por tu cuenta… Una buena historia puede marcar la diferencia.
Y justamente de eso va el episodio de hoy:
«La narración en el aprendizaje: qué hacer… y qué no hacer.»
Empecemos con una idea poderosa:
Las personas no recuerdan datos. Recuerdan historias.
De hecho, los estudios lo confirman: más del 60% de las personas recuerda mejor los conceptos cuando se presentan dentro de una narrativa.
¿Por qué?
Porque una historia nos sitúa, nos conecta emocionalmente y le da sentido a la información.
Nos lleva de la teoría… a la experiencia.
Pero —y aquí viene el “pero”— no cualquier historia funciona.
En educación, no basta con contar por contar.
Tenemos que saber cómo hacerlo… y qué errores evitar.
Así que aquí van algunos consejos prácticos, basados en lo que sí funciona.
✅ Lo que SÍ debemos hacer cuando usamos la narración en el aprendizaje:
🎧 Número uno: Presenta bien el escenario.
Todo empieza con un buen contexto. El cerebro necesita saber dónde está parado.
Así que antes de lanzar contenido, plantea el problema, sitúa al oyente. Dale una razón para seguir escuchando.
🎧 Número dos: Crea personajes relevantes.
No necesitamos superhéroes… necesitamos gente real. Personas con las que tus alumnos o colaboradores puedan identificarse. Cuanto más auténticos, mejor.
🎧 Número tres: Deja que el aprendiz interactúe con la historia.
¡Hazlo parte de la narrativa!
Puedes ofrecer decisiones, rutas, caminos alternativos… como los libros de “elige tu propia aventura”. Eso no solo involucra, también empodera.
🎧 Y número cuatro: Que la historia esté presente durante todo el curso.
No la pongas solo al principio como anécdota decorativa. Menciónala a lo largo del contenido, vuelve a los personajes, al lenguaje, al tono. Eso crea coherencia e inmersión.
Ahora, vamos al otro lado de la moneda…
❌ Lo que NO se debe hacer cuando cuentas una historia con fines educativos:
🎧 Primero: No olvides los puntos clave.
Una historia no es el objetivo. Es el medio.
Si el mensaje o la lección se pierde entre tanto relato, no estás enseñando. Estás entreteniendo… y nada más.
🎧 Segundo: No hagas la historia demasiado compleja.
¡Evita los laberintos narrativos!
No todos los que aprenden tienen el mismo nivel o experiencia, así que mantén la historia clara, sencilla y directa. Recuerda: menos es más.
🎧 Tercero: No te excedas con el diseño.
En cursos en línea, muchas veces queremos impactar con lo visual. Pero cuidado: si hay tanto estímulo visual o tanto texto… terminas saturando al alumno.
El diseño debe apoyar, no competir con la historia.
Para cerrar…
Quiero que recuerdes esto:
La narración en el aprendizaje es un arte… y también una ciencia.
Se trata de conectar, de emocionar, de enseñar con intención.
Una buena historia no solo transmite información.
Hace que esa información se quede.
Así que, cuando diseñes una clase, una capacitación, un módulo en línea… pregúntate:
📌 ¿Qué historia estoy contando?
📌 ¿Cómo conecta con quien me escucha?
📌 ¿Qué quiero que recuerde cuando esto termine?🎧 Porque si logras que aprendan… y además lo recuerden con emoción, entonces, lo hiciste bien.